Se trata de un proyecto del arquitecto Gregorio de Ibarreche, del año 1900, consistente en una vivienda unifamiliar de inspiración inglesa, una tipología que fue empleada profusamente para las residencias veraniegas a principios del siglo XX. De este estilo son, por ejemplo, el conjunto del Palacio de la Magdalena (Santander) o el Palacio de Hornillo (Las Fraguas de Iguña).
El edificio destaca por sus vistosos remates en el tejado y por el juego de diferentes alturas de la fachada sur. También es muy llamativa la decoración del alero de madera, que forma unas molduras a modo de casetones, así como las dos ventanas abuhardilladas, que están rematadas por capiteles. A la vivienda se accedía a través de una escalinata con porche en la primera planta y la finca está cerrada por una verja de hierro forjado. Propiedad de la familia San Martín hasta fecha reciente, en la actualidad su interior se ha distribuido en varias viviendas.

