Fue iniciado en el año 867 y ampliado en el siglo XIII. Reconstruido a finales del siglo XIX y principios del XX, se trata de una fortaleza en pleno centro de la ciudad, rodeada por un foso. A lo largo de la historia fue residencia de los Condes de Flandes, Casa de la Moneda, prisión e incluso fábrica de algodón. Desde sus torres, a pesar de no alcanzar la altura de la Atalaya, se obtienen unas maravillosas vistas de la ciudad.
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