Basílica de la Santa Sangre (Brujas)
Situada en el Burg, su nombre procede de la leyenda en la que Thierry de Alsacia, conde de Flandes, trajo de Tierra Santa durante las cruzadas unas gotas de sangre de Cristo que regaló a la ciudad. En su origen, esta capilla era románica, pero fue reconstruida en el siglo XV. Destaca, encima de la puerta, un pelícano que nutre sus crías con su propia sangre, simbolizando a Jesucristo, que dio su sangre para salvar a la Humanidad. La reliquia de la Santa Sangre se guarda en la capilla dentro de un relicario de oro, decorado con piedras preciosas, obra de Jan Crabbe (1617). Las dos pequeñas torres de la capilla parecen orientales, pero realmente son flamencas. En las vidrieras están representados príncipes españoles, borgoñeses y austriacos. Son copias que datan del siglo XIX, ya que los originales, de 1483, se hallan en Londres, en el Victoria and Albert Museum.